HOLA DE NUEVO

Hi!

¿Qué tal todo? Escribo para nadie...¿Pero qué más da?
A mi la vida bien, estoy con un chico increíble, estudio para ser rica en un futuro, la familia bien, el mundo sigue en pie y mi perro me sorprende cada mañana acostado en mi cama.

Llevo muchísimo sin escribir aquí, me quedé sin cosas que decir porque cada vez que lo intentaba me sabía a poco. No pretendo ser famosa (si eso es posible), ni que me leáis, ni si quiera pretendo convencer. Esta es una carta sin motivo, una carta para mi quizás, para volver, de una vez por todas, a hacer lo que me gusta, al margen de guerras, tiempos, ganas o medios.

¿Cuántas veces he necesitado explotar para reconstruirme de nuevo? Me he dado cuenta que si no le cuento mis ideas a un ordenador, me falta algo. Creo que es el hecho de hablar sin pudor, al fin y al cabo, este escrito importa al mundo lo que una gota importa al mar.

Quería decirte, Nadie, que me alegro de conocerte, siempre estás cuando estoy sola, y agradezco que te vayas cuando estoy con él. 

Sinceramente, no espero tu respuesta pues se que eres parco en palabras.

Un beso,

Ángela.

Admirable, sencillamente admirable.

Es simplemente complejo. Creo que a lo largo de mi vida encontraré pocas personas así de fuertes. Y es que el dolor no es mayor en aquellos que lo publican, sino en aquellos que les hace tanto daño que les roba la voz. 

Sin embargo miran al frente y no dudan, sonríen y no tienen miedo, sufren pero no lloran.

Cuan fuerte puede ser la palabra enemiga, aunque mucho más la amiga. Caer y levantarse haciendo caso omiso a las heridas del alma. 

Y es que no hablamos de "el problema", ni tan siquiera de "un" problema, hablamos de dinero, de los amigos, de la familia, hablamos de la soledad. Hablamos de levantarte un lunes temprano y acostarte a los siete días pensando que tus semanas no merecen la pena, aunque al menos tienes semanas. Hablamos de vivir sin poseer. Con miedo a que te quiten lo poco que tienes y que encima no es tuyo. Pero con la cabeza alta, erguido y sin miedo. Nadie debajo tuya, nadie por encima.

¿Y tú criticas su forma de vida? Más bien deberías agachar la cabeza ante tus muestra de soberbia. Ridículo carroñero, vives sin vivir la vida, mimado por tus padres, engañado por ellos y rechazado por ellas. Quizá solo te falten varios golpes en el alma, de esos que quitan el aire y crean desconfianza donde había inocencia.

Las palabras a tu corazón no llegan. Crees entenderlo todo aún cuando no eres capaz ni de ver el problema.

AFV.

Regresas a la realidad de golpe, aunque te niegas a abrir los ojos. Das vueltas en la cama, apenas te tapa la sábana, temperatura perfecta. El fresquito de la mañana entra por la ventana que anoche olvidaste cerrar. Es temprano, lo sabes. Sientes esa extraña objetividad que te invade a veces, ves las cosas más claras, más simples y menos dolorosas. Entonces empiezas a ponerte metas, construyes sueños sobre pilares de esperanza. Preciosa utopía mañanera. Te levantas, haces café, todos duermen, mejor, menos ruido. Te vas a la terraza, las vistas te siguen impresionando como la primera vez. El café quema lo justo, pequeños sorbos reconfortantes que te hacen sentir mejor. No tienes prisa, todavía queda tiempo para que empiece el día. Las golondrinas cantan, no hay tráfico que las calle. ¿Y ahora qué? Tienes ganas de comerte el mundo, no quieres darle ventaja, es una lucha que pretendes ganar. 

No sabes como lo harás, ni si te ayudarán, si estarás sola o cuántas veces te caerás mas no te importa pues se te da bien improvisar.

AFV

Hoy he borrado tus te quiero. Los he dejado con todo los demás, los besos, los abrazos, los recuerdos y las risas. Los tengo escondidos en un cajón dentro de mi cabeza. No los voy a tirar tranquilo, son recuerdos de momentos en los que fui feliz y no quiero tirar a la basura esos momentos.
Cada vez me doy más cuenta de que no todo está tan bien. De que me escuece verte, como si echara limón en la herida. Pero... ¿Qué hago? No sería capaz de borrar a un amigo de mi vida, aunque ese amigo seas tú. Eres parte de mi, de lo que soy, me has cambiado, ni para bien ni para mal, simplemente me has ayudado a crecer y no puedo hacer como si nada ha pasado, decirte adiós y que el tiempo me enseñe a no tenerte de ninguna manera. 
Me molesta mucho pero aunque suene como una tontería entiendo que no me quieras. Puedo entender que me hayas dejado de querer, como puedo entender a la mayoría de las personas que me rodean. Por eso no te puedo odiar, ni me puedo enfadar, ni nada por el estilo, porque te entiendo, porque me pongo en tu lugar y sé porqué piensas como piensas y qué es sentir lo que sientes, aunque no me creas.
En cierto modo lo he aceptado, me esperaba todo lo que está pasando, lo veía venir mucho antes que tú y que nadie.
Sabes, creo que soy fuerte, más fuerte de lo que parezco. Muchas de las cosas por las que sonreía me han dejado en unas pocas semanas y lo peor es que no me han dejado del todo ni de golpe sino que un poco de ellas sigue ahí, una sombra de lo que tuve que me recuerda todo lo que he perdido.
Me siento tan sola de golpe... Me doy cuenta de que toda mi vida va a ser así, un esfuerzo contínuo por sonreír a pesar de que todo vaya mal.
Y eso hago, sonreír.


Afv

Ese "gracias" que no olvidas, no dejas a caso hecho en casa de los demás, por todo lo que han aguantado, por las lágrimas que han soportado. Si bien es cierto que los amigos están para eso, pocos de los que conoces serás capaces de soportarlo sin decir "no te ralles tía".

Sabes, esos "gracias" no se olvidan, se dejan a caso hecho para, de alguna forma, demostrarle a esa persona la gratitud que sentimos.

Así que eso, que pocas veces me soporto a mi misma y sé que es difícil soportar el dolor de los demás sin venirse abajo.

Solo quiero que sigáis ahí aún cuando crea que todo está perdido.

Respirar se hace cada vez más difícil. El cuerpo te pesa y sientes vacío donde antes había corazón.

Intentas pensar y eres incapaz. Haces mil cosas a la vez sin embargo no eres consciente de ninguna. 

Sonríes por inercia y cada movimiento te cuesta horrores. La mirada perdida y la felicidad escondida.

¿Qué es esto que te pasa? ¿Será el tiempo? ¿Por qué corre? ¿Por qué no te espera? 

Nadie te avisó de esto, nadie te dijo que para ser feliz tenían que serlo las personas que quieres.

Ahora intentas organizarte, saber que hacer, controlar algo de tu vida desmontada. 

Tienes las piezas, pero no encuentras el orden. 

¿Cómo sostener un peso superior a tus fuerzas? ¿Cómo luchar contra algo que no sabes qué es?

Algo que te desmorona, puede contigo, causado por todo y por nada. 

Luchas sin fuerzas más por costumbre que por ti. 

Afv.

Pues claro que me gustaría poder cambiar. Y no por que lo digas tú, el otro, o todo el mundo sino porque yo quiero. Porque soy consciente de mis defectos. ¿Pero qué hago? ¿Qué pretendes? Alguien peor que yo no puede venir a darme lecciones, y menos si no lo pido. 
Todos necesitamos consejos, de eso no cabe duda alguna, pero a menudo solo los consejos que pedimos son lo que aceptamos y es obvio. Si dejara que me influyera cada "consejo" no sería yo quién decide sino ellos por mí, todos ellos. 
Así que venga, tú a ser tú y yo... yo ya veré como lo hago.

Echo de menos el otoño.
La ciudad luce naranja, amarilla, rojiza.. Todo va más lento, más tranquilo. Es tiempo para todo. Lo mismo hace sol y calor del bueno, de ese que te llama a salir a la calle que llevas una chaqueta y paraguas.
Me gustan los árboles justo antes de que las hojas se cansen del paisaje y decidan caer al suelo. 
En otoño todo es posible, es un tiempo nuevo, de cambios, de renovarse.
Extraño pasear por el río, ver hojas navegando sin rumbo o escondiendo al frío suelo que se empeña en no ser visto.


Echo de menos ese tiempo indefinido.




Afv

No sé si tengo más miedo a la soledad o a confiar en alguien 
te quiero y te lo he dicho mil veces, cuando te lo vas a creer?


afv