domingo, 6 de febrero de 2011

En este momento, Clara solo está segura de dos cosas; una ellas es que tiene frío y apenas siente ya los dedos o los pies, dos: le necesita. Sentada en el escalón de un portal, ve pasar a la gente, nadie se fija en ella, todos viven demasiado deprisa, piensa. Está sola. . No para de pensar en lo sucedido, en que, si se hubiera parado a pensar, habría hecho las cosas de una manera totalmente distinta. A estas alturas, Clara sabe que por mucho que te entregues a los demás, siempre habrá alguien que te haga daño, que te humille, o que te use y cuando haya conseguido lo que necesita de ti, te tire. Decide llamarle, sabe que James es la única persona con la que le apetece estar. Quiere habrazarle, que le hable, que le haga olvidar al mundo.
Coge el teléfono y marca.
- ¿Clara?
- Si, soy yo. ¿Puedes salir?
-Claro, ¿ dónde estás?
- Estoy cerca de tu casa, junto a los edificios azules esos que tienen las ventanas marrones.
-Ah, vale quédate ahí, estoy vestido así que en 10 minutos llego.
-Vale gracias, date prisa.
-¿Estás bien?
-Si.. bueno.. no.Ahora te cuento.
- Venga, no tardo, hasta ahora.
-Oye..
-Dime
-Date prisa, por favor.
-Voy corriendo.
Clara cuelga, guarda el móvil en el bolsillo izquierdo sabiendo que sus padres la llamaran. Se pone los guantes y espera, piensa en cómo se lo va a contar. Piensa en él ,en su reacción, sabe que le parecerá una tontería. Pero también sabe que necesita contárselo.
Mientras, James se pone la chaqueta, se despide de su familia y sale con la escusa de que le han llamado los de la clase. No puede esperar el ascensor, la llamada de Clara le ha preocupado y decide bajar por las escaleras. Por el camino se encuentra con varios vecinos a los que casi tira sin darse cuenta. Aun así no se para, sale a la calle y el frío le da en la cara de golpe.Se arrepiente de no haber cogido más abrigo. Anda lo más rápido posible y en unos minutos llega a los edificios azules. Al principio no la ve, pero cuando se acerca un poco, consigue ver un figura sentada en en portal, con las manos en los bolsillos y la mirada perdida. Ve su pelo negro, parece que recién lavado y despeinado. Tiene las mejillas sonrojadas por el frío y va sin maquillar. Es preciosa, piensa, y es mía.
En ese momento Clara le ve, viene despeinado, seguro que viene casi corriendo, no tenía que haberle preocupado tanto.
Cuando se acerca de levanta de un salto y le abraza. En seguida él le devuelve el abrazo y se apodera de ella. La envuelve entre sus brazos y la siente frágil, como si con solo tocarla se pudiera romper.
Ella cierra los ojos, está más tranquila ahora que está con él.
-Clara, ¿ qué pasaba?
-Son Anne y Alexandra, otra vez hemos discutido.
-¿Y eso?Cuéntamelo
-Me han dejado tirada, otra vez, las he llamado y les he empezado a gritar, hemos quedado y se ha liado una impresionante. Les he preguntado que porque siempre hacen igual y les he dicho todo lo que me he callado hasta ahora. Ellas, por supuesto, me han respondido, pero te han metido a tí de por medio. Dicen que desde que estoy contigo soy diferente, que no les hago caso y que ellas están haciendo lo mismo conmigo. Pero eso es mentira, ¿sabes? Yo estoy igual pero siempre que quiero quedar con ellas no pueden o se van con otras, me critican muchisimo, pero cuando están solas y no tienen a nadie me vienen a buscar, entonces yo les digo que no. Estoy harta, encima me han empezado a hablar de ti,  decirme lo malo que eres, que no me quieres, que me usas, estupideces, que solo dicen porque tienen envidia, porque les llegó un estúpido rumor y las muy imbéciles, inmaduras e hipócritas se lo han creído. No lo soporto más...
Clara estubo hablando sin parar muchisimo rato, mientras James la dejaba desahogarse, escuchaba atento y pensaba que era afortunado, que ella confiaba en él y que no debía estropear aquello.
Cuando terminoó Clara se sentía mucho mejor, sabía que eran estupideces, que eran discusiones de niñas de cinco años, pero  se sentía traicionada y estúpida por haber querido forzar una amistad que desde el principio sabía que no iba a salir bien.
Él la tranquilizó. Le habló. Ella le escuchaba cada vez más serena. Al rato, ya no recordaba la pelea y hablaban de ellos, reían, se chinchaban, se sentían únicos.
Apoyada sobre James, Clara cerró los ojos  y se relajó escuchando el corazón de él latir. 
En ese momento supo que era feliz. Que aunque le gustaría tenerlas, no necesitaba amigas de verdad. Estaba e paz, segura de si misma, le embargaba un sentimiendo de plenitud que nunca antes había sentido. Quiso explicarselo, hacerselo saber, pero no sabía como hacerlo, asi que, le besó.
El mejor beso su vida, lento, con cariño, encajaban a la perfección.
James no se lo esperaba. Cuando ella le besó él también se sintió feliz. Quería tenerla siempre, que fuera suya, sólo de él, quería explicarselo, pero él tampoco sabia como. Por lo que se dejo llevar en ese beso.
Los ojos de ella brillaban, se miraron y sin tener que decir una palabra, se lo dijeron todo.
Olvidaron al mundo. Eran solo ellos. Sabía que podían contar el uno con el otro. Que siempre tendrían alguien con quien hablar. Que aquello iba a durar. Ella nunca se había sentido así, todo era demasiado bonito, y ella, demasiado feliz.
Él, la encontró diferente, más mayor, más plena, más suya. Se sintió responsable de su felicidad, y eso le lleno como nada le había llenado nunca.

K.


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