lunes, 4 de julio de 2011


Si peleas cuando yo he desfallecido, y estás lleno de fuerza cuando a mí ya me han vencido.

Eres un hombro en que llorar lágrimas que no han caído, aún.
La distancia, acortas y todo lo que me aportas sin quererlo eres el ángel que pasea por mi 
Infierno sin  quemarse, yo soy el cuaderno y tú la base yo el enfermo que no dice na´ tú el final de mi frase el acabose, a veces cuando no sé que deparará el futuro tú me animas me  haces sentir más seguro y en la calma que           transmites a mis ratos de amargura, tú eres lo que yo no soy puedes estar      seguro y por eso te comprendo y me comprendes.
Tú eres luz para esta oscuridad, la piedad de mi ira, la paz para esta ansiedad que dentro se respira eres la vida que aparece cuando solo veo muerte, la  suerte en una mala racha que me hizo más fuerte verte tiene sensaciones     que se chocan, provocan explosiones cuando dos almas se tocan locas de     atar, eres la arena de este mar tranquilo si y no creo en el destino pero ella   vino sé que no fue por azar, tu filo no puede cortarme, tu mano está tan         cerca, despierta y tan atenta que a veces cuesta cogerla y si fallo y me            confundo siempre tienes la respuesta la derecha de mi izquierda  la complicidad es nuestra eres el orden de mi caos más absoluto, lo cálido y templado   una sonrisa en este luto junto a tí todo parece más posible eres el tacto a lo  sensible y veo tan claro lo que siento que se va por invisible

Sobran las palabras, lees entre mis líneas, si mi mente en blanco va tú eres mis ideas, las ganas de avanzar cuando me atrapa la desidia dice:                                                           
                    “para conseguirlo solo hace falta que creas”



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