viernes, 25 de marzo de 2011

Y sentirse como un pájaro al que no le dejan usar las alas.
Querer volar alto, lejos y sin dar explicaciones.
Sentir la necesitdad de poder elegir. De caer, lavantarse y volver a caer, pero hacerlo sola.
Querer contar con los demás, pero ser libres.
¿Es posible que pidamos demasiado?

K.

No hay comentarios: