domingo, 22 de mayo de 2011

Porque el miedo te recorre cara poro de la piel. Ese temor a que las cosas cambien, que todo lo que consideraste real desaperezca como ha desaparecido lo demás. Las cosas que creías seguras, tuyas e imposibles de perder se han evaporado de repente. Todo perdido. Te has quedado sola. Te has quedado atrás perdida entre la multitud sin saber que dirección lleva. Buscabas su mano, la que te guiaba, la que te decía donde ir sin perderte. No buscas donde ir, buscas cómo ir. Ya no sabes si es lo que quieres, si creerlo, si especular o dejar las cosas como están. Solo quieres tenerle, que las cosas no cambien, quieres decir lo que sientes, a todos, gritarle a la multitud que te arrastra que te quieres bajar, que no buscas esto. Que nada en tí es lo que parece. Que cuando lloras, solo buscas alguien que te abrace, que cuando ries, quieres a alguien que ria contigo, que cuando tienes miedo, te diga que no pasa nada, que está ahí, contigo y siempre lo estará. 

Porque ahora vives de los recuerdos que la gente  creó, pero el ahora es muy distinto, ellos han borrado todos sus recuerdos.

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